Seguro que a alguno de vosotros os suena raro. Pensáis que, para una persona que se cuida, que trata bien a su cuerpo haciendo deporte, el embutido es contraproducente. Nada que ver. Todo lo contrario.
Una persona que hace deporte tiene que tener el cuerpo a punto. En su dieta equilibrada, tiene que incluir alimentos que le proporcionen la energía necesaria. Para eso, es necesario que disfrute de productos que contengan hidratos de carbono, proteínas y grasas, además de vitaminas y minerales. Todo, en su justa medida, es positivo.
El embutido es rico en todos esos nutrientes que hemos comentado en el párrafo anterior. Pensad que los deportistas necesitan más proteínas que la gente corriente, no solo por su cantidad de masa muscular, sino también porque se rompen más durante la actividad física. Además los hidratos de carbono son la fuente primordial de energía para nuestro cuerpo por su alta rentabilidad: dan más energía de la que se gasta al descomponer sus moléculas en mayor proporción que con grasas y proteínas. También la grasa, en pequeñas dosis, es importante pero no debe superar el 30 % de las necesidades energéticas diarias, salvo en disciplinas de resistencia, en las que se puede llegar al 35 %.
Ahora que ya sabes que el embutido encaja bien en tu dieta, sólo tienes que ponerte las zapatillas y echar a correr. Al llegar a casa, recupera fuerza con cualquiera de nuestros productos, tu cuerpo te va a aplaudir.