A estas alturas, ya sabemos que esta Navidad va a ser diferente. Todavía no tenemos muy claro qué vamos a poder hacer y qué no, pero eso no quiere decir que algunas tradiciones se mantengan. Regalar un jamón serrano es un clásico al que no se debe renunciar.
Regalar un jamón es una tradición navideña tan asentada como comer turrón o ponerle agua a los camellos de los Reyes Magos. Con el jamón serrano siempre, siempre, aciertas.
¿Cuáles son las razones para regalar un jamón serrano?
Si quieres sorprender a una persona a la que quieres mucho, a alguien que te haya ayudado este año tan complicado, a tus empleados que se quedarán sin cena de empresa, el jamón serrano es una opción ideal. ¿Por qué?
¡Vamos allá!
1.- A todo el mundo le gusta un buen jamón serrano. No nos digáis que tener uno en la cocina, sobre un bonito jamonero, no da caché. ¡Pues claro que sí! Lo que queremos decir es que regalar un jamón serrano nunca falla, es acierto asegurado. Conseguirás un “¡oh!” enorme del sorprendido.
2.- Estarás regalando tiempo. Cuando regalas un jamón estás haciéndole la vida más fácil a la persona que quieres. Para una cena, o una comida, tendrá ya los aperitivos listos. ¡Sólo tiene que cortar y servir! “Ponemos un poquito de jamón y listo”, dirá mientras piensa en ti eternamente agradecido.
3.- Le regalas salud. El jamón serrano es uno de los alimentos con más propiedades que existen. ¿Quieres saber cuáles son sus beneficios? Echa un vistazo a este artículo.
4.- Alimentar los recuerdos. Regalar un jamón es un acto de generosidad que no se olvida. En Navidad, es importante generar vínculos, potenciar los recuerdos (sobre todo un año como este). Tanto el que regala como el sorprendido, no olvidará nunca el detalle y todas las Navidades se acordará de ese momento. Por así decirlo, el jamón es otro de los aromas característicos de la Navidad.
5.-Te reconfortará. Cuando regalas un jamón serrano te vas contento porque sabes que has hecho a alguien feliz. Es un acto de generosidad de los que no se olvidan y te hará sentir bien contigo mismo.
Regálale un buen jamón serrano a esa persona especial a la que tanto aprecias y, estamos convencidos, conseguirás que sonría. ¡Hace mucha falta!