Ha llegado el momento: la vuelta al cole. Los madrugones, el reencuentro con los amigos, el estudio, la responsabilidad, el recreo y ¡la merienda, claro!
Las meriendas son una parte esencial de la dieta de un niño en crecimiento. La infancia es un momento importantísimo para su desarrollo y las meriendas les aportan los nutrientes que los niños necesitan entre comida y comida. Por eso es necesario que los peques satisfagan las demandas de nutrientes de su cuerpo y su cerebro con las meriendas, tanto por la mañana como por la tarde. Ellos tienen más necesidad de recargar energía que nosotros.
Por otro lado, pensad que la nutrición y el rendimiento académico están vinculados. Las meriendas proporcionan al cerebro de vuestros hijos los nutrientes que necesitan para mantener en todo lo alto el rendimiento escolar.
¿Y qué mejor merienda para el cole que los bocatas de toda la vida? Aquellos bocatas que nos hacían nuestros padres y cuyo olor salía de la mochila en clase. No hay bocatas que superen a los bocatas de siempre.
Bocatas para la merienda del cole
El bocata de chorizo y queso
El pan, el chorizo Torre de Núñez de siempre y el queso en lonchas preferido. Es una de las meriendas que más se notan en los recreos. Porque es un olor inconfundible. No conocemos a ningún peque al que no le guste este súper bocata. Es la merienda del cole que todos tenemos en la memoria.
El bocata de jamón serrano (y tomate)
El pan y el jamón serrano es otro de los clásicos del recreo. Es uno de los bocadillos más nutritivos que le puedes meter en la mochila, con todas esas proteínas y ese empujón de energía. Y si les gusta el tomate y le puedes meter unas rodajas o incluso untarlo en el pan, mejor que mejor.
El bocata de salchichón
El de salchichón es otro de esos bocadillos de siempre que no hay que mezclar con nada. Es el BOCATA DE SALCHICHÓN, así, con mayúsculas, y les encanta. Es otro de esos bocatas a los que nadie se resiste; de hecho, es muy difícil tener un bocadillo de salchichón en un recreo sin que nadie te venga a pedir un trozo.
Hay que empezar el curso escolar con fuerza y energía, con ganas de esforzarse y, por supuesto, de divertirse aprendiendo. Con las meriendas de toda la vida, ¡les recargarás las pilas!