Cuando te estás tomando la sopa -cualquier sopa- tu cerebro hace: “Ohhhh…”. Te aporta muchas cosas pero sobre todo te reconforta, te pone la temperatura del cuerpo a punto. Imagínate si la sopa es de cocido. Además de hacerte sentir bien ¡te da energía!
¿Cuál es el origen de la sopa?
No queríamos dejar pasar este post sin daros un apunte histórico y curioso: ¿cuál es el origen de la sopa? Dicen que primero fue el caldo y luego vino la sopa. Su historia se remonta ¡al Paleolítico! Fijaos qué curioso: nuestros ancestros comenzaron a sumergir vegetales y trozos de carne en agua caliente.
¿Cómo preparaban la sopa?
Colocaban agua y alimentos en huecos naturales de las rocas para luego incorporar piedras previamente calentadas en el fuego para lograr la cocción: el porqué de esta técnica primitiva era la necesidad de ablandar alimentos demasiado duros como para ser masticados en crudo.
¿Qué nos aporta la sopa de cocido?
Sabemos que el cocido gallego de por sí es un plato contundente y energético. Al cocido lo forman todos esos ingredientes que lo enriquecen y que nos aportan, sobre todo en invierno, una importante dosis de energía a nuestro cuerpo.
Si preparamos una sopa con el caldo del cocido ¿qué pasa entonces? ¿nos convertimos en superhérores cuando la tomamos? No, pero casi. Veamos qué cosas buenas nos proporciona la sopa de cocido:
- Es fácilmente digeribles.
- Nos hidrata.
- Nos sacia y es un buen controlador del peso.
- Entra dentro de la gama de platos de una alimentación saludable.
- Es barata y de fácil preparación.
- El consumo de las sopas se puede hacer todo el año, tanto en invierno (calientes) para combatir las temperaturas bajas, como en verano (frías), para prevenir la deshidratación.
- Se recomiendan en todas las edades, y especialmente en las personas mayores, ya que ayudan a alcanzar parte de las recomendaciones nutricionales diarias.
La sopa para las cenas
La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), recomienda en sus ejemplos de menús saludables, la ingesta de sopas variadas en las cenas, aunque pueden ser consumidas en cualquier momento del día. En concreto, la SENC recomienda la ingesta de sopas en la cena, por ser un alimento de fácil digestión y que ayuda a conciliar el sueño, siendo éste reconfortante y no desequilibrado por una digestión dificultosa.
Pon una sopa de cocido en tu vida, esa que se hace con el caldo del plato más rico del mundo, y ya verás qué bien te sientes.
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