El cocido nos une. La gastronomía define y explica la idiosincrasia de regiones enteras: la personalidad de sus habitantes, cómo se establecen las relaciones sociales e incluso las características físicas de comunidades enteras.
En Torre de Núñez nos preocupamos de que todo lo que hacemos tenga un minucioso seguimiento y, sobre todo, sentido, arraigo y razón de ser. Por eso os vamos ofreciendo pinceladas de la historia del plato que mejor define el carácter de nuestra cocina y de nosotros mismos: el cocido gallego.
Desde que el hombre domina el fuego y la vasija de barro, ha puesto a cocer la carne que tanto esfuerzo le costaba conseguir para ablandarla. Del sancocho peruano al pot pourrí francés ningún cocido tiene una vinculación tan profunda con sus comensales como el cocido gallego.
Nuestro cocido es el homenaje de homenajes al cuadrúpedo que nos proporcionó calor, materia orgánica para los cultivos, y delicioso y nutritivo alimento para familias enteras. Es más, podríamos decir que sus productos nos han traído hasta aquí a través de generaciones de buena alimentación. Tiene sentido que a tan completo animal se le convirtiera en el protagonista absoluto del plato gallego más representativo (y sabroso).
Nuestro lacón es historia de la carne, nuestro chorizo atlántico, único. El butelo es casi medicina natural y nuestra panceta oro curado. Nuestro cocido es valor y esfuerzo, es amor y cuidado de los nuestros. Nuestro cocido es modernidad y tradición, calidad y gusto por la excelencia, leyenda viva de la gastronomía.
En Torre de Núñez nos inclinamos ante la evidencia: al cocido gallego hay que tratarlo de usted. Trabajar para él es nuestra forma de agradecerle un poquito de lo que nos ha dado.